Recuerdo que cuando la compuse me atreví a preguntarme: ¿Cómo tiene que ver conmigo y con mi vida esto de que Jesús haya sido tentado en el desierto? Esa misma semana habíamos hablado sobre este evangelio en el grupo de jóvenes adultos del cual yo formaba parte; recordé lo que habíamos dicho, cuáles habían sido las tentaciones con que la mayoría podíamos identificarnos en nuestra vida Cristiana. Y repentinamente, vi la conección de una manera clarísima. De Nuevo Jesús era ese Maestro que me enseñaba cómo superar un desafío más en el camino tras de sus pasos. Tal vez ustedes también puedan identificarse con estas tentaciones de las que habla la canción; tal vez, las de ustedes sean distintas; quizá sus temores y sus luchas tengan otros nombres. Pero sean estos cuales quiera que sean, lo inmutable es Su fidelidad y Su Victoria, y la certeza de que con Él la Victoria también puede ser nuestra.
Voz
Pista
Créditos
Letras y Música: Ana Lucía Vlieg
Voz, Arreglos, Teclado y Producción Artística: Patricia Vlieg
Guitarra: Vilma Esquivel
Contrabajo: Marino Gómez
Percusión: Eliel Murillo
Grabación y Mezcla: Giulio Jiménez
Asistente de Grabación: Ricky Marchan
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Grabado en Rock and Folk Panamá, Diciembre 2017
Tentaciones
Letra y música: Ana Lucía Vlieg
Arreglo: Patricia Vlieg
Hoy me acerqué a tu mesa para oírte,
con el hambre y la sed de tu Evangelio;
y comulgué en tu cuerpo y en tu sangre;
y te pedí la fuerza en el sendero.
He venido a pedirte con confianza
en la forma en que Tú me has enseñado;
que aunque soy débil me hagas fiel y fuerte;
que no me venza el miedo ni el cansancio.
Y quería contarte que ante el hambre de mi hermano,
me domina la impotencia, se me escapa la esperanza;
y quería decirte que ante el poder y el prestigio,
se me hace difícil hacer vida tu palabra.
Pensaba explicarte que entre guerras y violencias,
esa paz que nos prometes me parece un imposible;
y ante las certezas que me ofrece la rutina,
me surgen mil dudas ante el riesgo de seguirte.
Hoy me acerqué a tu mesa para hablarte,
y antes de comenzar, me has contestado
con el milagro eterno de tu historia;
hoy sé que Tú también fuiste tentado.
Hoy sé que nada tengo que explicarte,
y conservo en el alma tus respuestas;
y te siento más vivo y más cercano;
y dejo que me llenes de tu fuerza.
Y voy aprendiendo que ante todo respondiste
con confianza en ese Padre que es fidelidad eterna;
y viste su luz en las tinieblas de ese instante;
y entre tantas voces, fue su voz siempre primera.
Hoy me acerqué a tu mesa y me has hablado;
y he bebido de esa fuente que contiene el agua viva;
y te he visto tentado en el desierto;
y supe que hasta el fondo me entendías;
y comprendí al saberte victorioso,
que esa victoria puedo hacerla mía.